El corazón de las tinieblas
Joseph Conrad, profuso novelista de origen polaco que se ha constituido en uno de los mejores escritores modernos de lengua inglesa. Nació en 1857 en Berdyczów, población asentada actualmente en territorio ucraniano. De su vasta producción literaria sobresalen novelas como Nostromo (1904), La Locura de Almayer (1895), Lord Jim (1900) y el célebre viaje a las profundidades tenebrosas del espíritu humano en El Corazón de las Tinieblas (1902).
Aventurarse en la obra de Conrad equivale a sumergirse en las aguas más oscuras de los océanos mentales, a dejarse caer sin red de protección en las ardientes vísceras de los volcanes. Y es que este extraordinario escritor logró explorar con su pluma los espacios más sombríos del comportamiento humano, esos lugares dominados por un músculo horroroso que late e irriga con sus fluidos perversos el interior de nuestros cuerpos.
En forma magistral y profética, Joseph Conrad, nos traslada imaginariamente a la colonización del Congo Belga (finales del siglo XIX y principios del siglo XX) y las trágicas consecuencias sobre la población de lo que hoy es la República Democrática del Congo. Sin embargo, el autor de “El Corazón de las Tinieblas” no pretendía mostrarnos solamente la crueldad y la devastación de un país africano por las tropas del rey Leopoldo II de Bélgica, sino llevarnos a los lectores mucho más allá, adentrarnos en esa jungla escabrosa que constituye el alma humana. En efecto, el viaje previsto por Conrad al corazón de las tinieblas de ninguna forma se circunscribió al río Congo y a la búsqueda del señor Kurtz, el imaginario jefe de explotación de marfil en la novela, sino al encuentro de la corrupción y la miseria moral del ser humano.
Kurtz es en “El Corazón de las Tinieblas” cualquiera de los personajes nefastos de la historia moderna de la humanidad: un gigantesco dictador sanguinario de Uganda, un demente fascista antisemita, un cruel gobernante Iraquí, un flemático homicida austral, un pequeño y pendenciero cowboy colonialista y sus fanáticos socios musulmanes. El desalmado Kurtz, que en la novela se deleita con la cacería de humanos, engendra a cada uno de estos salvajes que han intentado, -y en muchos casos desafortunadamente lo han logrado- dominar a dentelladas a los pueblos que los han sufrido.
Francis Ford Coppola basó su genial película “Apocalypse Now” en la novela de Conrad “El Corazón de las Tinieblas”. Si bien es cierto que la trama del film se desarrolla en Vietnam, también es verdad que el director norteamericano no escogió al azar para esta película uno de los episodios más tristes de la época moderna. En “Apocalypse Now”, Coppola utilizó también a Kurtz para recrear en la forma más cruda la perversión del hombre en contra del hombre.
Jozef Conrad nos invita a hacer un viaje hacia “El Corazón de las Tinieblas”. Un viaje en el que descenderemos lentamente a la oscuridad más absoluta, a los abismos del hombre, allá donde se han enquistado las perversiones y las locuras, la irracionalidad y el miedo, la intolerancia y el fanatismo. No se equivoque al pensar que, en este libro, revivirá una travesía por el río Congo, ése es solamente un telón que ha puesto el autor delante de nuestros ojos. Detrás de aquel velo está el verdadero destino: el espeluznante comportamiento del ser humano.