Todo ese ayer, ver el precipicio desde el pasado
Diario El Telégrafo
Todo ese ayer (Penguin Random House), la última novela del escritor quiteño Óscar Vela, vuelve a tener como uno de sus personajes principales un abogado y a Quito como escenario, al igual que Yo soy el fuego, la obra con la que el autor ganó el premio Jorge Icaza (2014). Pero esta vez el personaje está envuelto en un conflicto sobre la memoria.
Federico, el personaje principal de Todo ese ayer, recorre un precipicio, todo lo que creía haber construido al casarse con la hija de un influyente empresario quiteño quedó en ruinas tras ser descubiertas sus infidelidades.
Entonces, recibe un correo electrónico de Sebastián, un amigo de la infancia que creía había muerto desde 1976, tras haber vivido en Argentina, durante la dictadura de Jorge Rafael Videla. Las últimas noticias que se habían recibido sobre él fue que lo apresaron, torturaron y asesinaron por sus vínculos con los Montoneros, la organización guerrillera argentina de la izquierda peronista.
Vela contextualiza las rememoraciones de la desaparición de Sebastián durante la dictadura con el ambiente convulsionado que originó el levantamiento policial que se desarrolló en Ecuador durante el 30 de septiembre de 2010.
Las reacciones de los personajes están también convulsionadas por un pasado encubierto, que tiene como centro una ciudad que se muestra “tan curuchupa y destapada a la vez”, ha dicho Vela.
Hoy, a las 18:30, Vela presenta Todo ese ayer, en Creperola Teatro, 18 de Septiembre 593 y 9 de Octubre, en Quito. La obra fue presentada el mes pasado, durante la realización de la Feria del Libro de Guayaquil. (I)