Yukio Mishima y el ritual del hara-kiri
Yukio Mishima (1925, Tokyo) es uno de los más connotados escritores de todos los tiempos. Descendiente de los Samurai de la era Tokugawa (1.603 a 1.868), Mishima tuvo desde pequeño una fascinación especial por la muerte. Trascendió en el mundo de la literatura por obras magistrales como “El Pabellón de Oro”, “Confesiones de una máscara” y la tetralogía titulada “El mar de la fertilidad” que terminó de escribir días antes de su impresionante muerte bajo el ritual del Seppuku o Hara-Kiri. Mishima fue candidatizado varias veces al premio Nobel que finalmente lo obtendría su mentor y amigo Yasunari Kawabata.
Mishima se caracterizó por ser un arduo defensor de las tradiciones japonesas. Desde su espacio literario fortaleció la figura del Emperador y criticó con firmeza una sociedad que, a decir de él, se sumía rápidamente en la decadencia moral y espiritual.
La mañana del 25 de noviembre de 1.970, Mishima llevó a su editor la última parte de su tetralogía “El mar de la Fertilidad”. Más tarde se dirigió junto a varias personas hasta el cuartel general de Tokio del Comando Oriental de las Fuerzas de Autodefensa de Japón. Ingresaron al lugar con un ardid previamente planificado y, una vez dentro, procedieron a cercar con barricadas el despacho del General Mashita al que ataron a su silla. El grupo llevaba un manifiesto y pancartas que enumeraban sus peticiones. Mishima salió al balcón para dirigirse a los soldados reunidos en la parte baja del cuartel. Su discurso pretendía inspirarlos para que se alzaran y dieran un golpe de Estado que pudiera devolver al Emperador a su legítimo lugar. Sin embargo, solo consiguió que los soldados le abuchearan y se mofaran de él. Entonces vino su trágica muerte.
Al parecer Mishima había preparado su Hara-Kiri tiempo atrás y los sucesos del cuartel no fueron sino un pretexto para el suicidio ritual con el que tanto había soñado. En efecto, una vez pronunciado su discurso, Mishima volvió al despacho del General Mashita y preparó cuidadosamente su muerte. Según la tradición japonesa del seppuku o Hara-Kiri, designó a su amigo Morita como asistente para la ejecución La función del asistente del Hara-Kiri es evitar un sufrimiento mayor al ejecutor. Entonces Mishima se colocó de rodillas, abrió su kimono e introdujo en su estómago la daga. El sufrimiento del escritor fue atroz. Su asistente y amigo Morita no logró decapitarlo en tres intentos para evitar el sufrimiento. Finalmente, fue Hiroyasu Koga quien realizó la decapitación de Mishima. Posteriormente en el mismo cuarto, siguiendo también la tradición, Morita realizó su propio Hara-Kiri. Aunque sus cortes fueron poco profundos para ser fatales, hizo una señal a Koga para que también le decapitase.
La muerte ritual de Mishima consternó profundamente a la sociedad japonesa y al mundo occidental vinculado a la cultura. En la literatura contemporánea sus obras conservan el lugar preponderante de uno de los más grandes escritores que ha dado la humanidad. Su muerte ritual por medio del Hara-Kiri, no hizo sino extender para siempre la leyenda.