Literatura de altura
Este verano ecuatorial trajo excelentes noticias para nuestra literatura. En el preámbulo de las vacaciones se publicó Matrioskas, un libro de cuentos de Marcela Ribadeneira. Un poco más tarde, debutó como novelista Juan Carlos Moya con Caballos en la Niebla, y como remate llegó a mis manos Desde el silencio, la novela negra del reconocido autor Francisco Proaño Arandi.
He disfrutado enormemente con las tres obras que muestran la solidez y originalidad con la que llegan las nuevas generaciones de escritores, y la madurez y solvencia con la que trabajan autores como Proaño con un mayor recorrido. Todo esto solo confirma mi convicción de que el presente de la literatura ecuatoriana es positivo, y de que el futuro resulta esperanzador.
Matrioskas es una recopilación de veinte y cuatro relatos cortos, simétricos y agudos. Sus principales fortalezas son precisamente la homogeneidad de forma y fondo, la precisa y pulida narración casi exenta de adjetivos y la contundencia de sus desenlaces. El debut narrativo de la escritora Marcela Ribadeneira no podía ser mejor. Los cuentos que conforman Matrioskas penetran profundamente en la exploración del comportamiento humano y en la búsqueda del sentido de esta vida tan efímera como compleja. También destaca en la obra la imaginación de la autora que destripa a sus personajes como auténticas matrioskas para mostrar al lector que, casi siempre, en el interior se oculta la verdad de la fachada.
En su primera novela, el escritor quiteño Juan Carlos Moya ha buscado refugio en una solitaria cabaña enclavada en los misteriosos páramos andinos, al pie del Cotopaxi. Allí, entre la niebla espesa y el galope furioso de los caballos salvajes, ha colocado a Lucas, un personaje sólido y complejo que camina en el umbral de la locura. Lo ha convertido en guardabosques de este maraviloso paraje de la serranía para que intente liberarse de los fantasmas del pasado que lo asedian. Y Lucas, solícito, se ha fundido en la magia de un bosque neblinoso y sus extrañas criaturas. Una historia narrada con buen gusto y delicadeza, trabajada con un lenguaje diáfano que se sostiene con aforismos contundentes y precisos.
La última novela de Francisco Proaño, Desde el silencio, envuelve y atrapa al lector en un manto de intrigas y secretos, de sangre y venganzas. Jiménez, investigador de Policía, tiene el encargo de resolver la muerte violenta del fiscal general Federico Altamirano. Las pesquisas llevarán a Jiménez a conocer los misterios de un familia cuyo equilibrio normal ha sido destruido por un oscuro episodio acontecido varios años antes. El silencio como ominosa presencia se convertirá en el hilo conductor de una novela de prosa fina y lenguaje depurado, algo a lo que Proaño ya nos tiene acostumbrados.