Literatura colombiana
Ya no sorprende la aparición constante de escritores colombianos que alcanzan el éxito con obras literarias de nivel internacional. En esta oportunidad presentamos a cuatro exponentes de lo que es el presente de la novela colombiana: Fernando Vallejo, Jorge Franco, Santiago Gamboa y Efraim Medina, un cartel de lujo para empezar el año.
EL DON DE LA VIDA
Fernando Vallejo
Alfaguara
162 páginas
El polémico Vallejo nos entrega una nueva obra maestra empaquetada como un diálogo ininterrumpido de dos hombres en el banco de un parque. Hablan de la vida, de los libros, de la homosexualidad de uno y de lo implacable que resulta el otro, de la Colombia berraca, puta, drogadicta y mestiza, y, por supuesto, de la muerte. Sorpresiva e intensa, feroz y descarnada, digna hija de su autor.
MELODRAMA
Jorge Franco
Planeta
394 páginas
Melodrama es una novela de estructura compleja que consagra a Jorge Franco como un escritor de clase. París como escenario y la muerte acechando desde una pequeña mancha que Perla descubre en el cuello de Vidal. Los vaivenes de la vida retratados de forma magistral en personajes tan sublimes como patéticos. No faltan en estas páginas el humor negro y la ironía, diálogos bien construidos y el suspenso asegurado desde el inicio hasta el final.
PLEGARIAS NOCTURNAS
Santiago Gamboa
Literatura Mondadori
286 páginas
Desde Colombia hasta Bangkok, Gamboa recrea una historia de amor de dos hermanos, Juana y Manuel, que, por distintas circustancias de la vida, se alejan de su patria violenta, paraca y lapidaria, hasta recalar en la espesa y cálida atmósfera de Tailandia. El joven cónsul colombiano en Nueva Delhi se interesará en la historia y buscará a Juana, extraviada años atrás, mientras lucha simultáneamente contra una condena a muerte para Manuel, acusado de tráfico de drogas.
ÉRASE UNA VEZ EL AMOR PERO TUVE QUE MATARLO
Efraim Medina Reyes
Planeta
171 páginas
El protagonista de esta historia desbocada es Rep, una suerte de reptil extinto que no encuentra su lugar en el mundo. Sus ídolos Jim Morrison y Jimmy Hendrix alientan en el joven el alma fugitiva, pero el amor lo mantiene errante, entre drogas y alcohol, buscando un destino que parece inalcanzable. Las páginas de esta novela son como su autor, ácidas e irreverentes, mordaces e insolentes.